A la edad de 112 años dejó de existir en la localidad de El Tambo, la señora Marta Elena Rojas Rojas, la persona más longeva que existía en todo el Valle de Elqui.
Su deceso se produjo en forma natural ya que se encontraba casi en perfecto estado de salud. Sus funerales se realizarán este viernes a las 11:00 horas con una misa que se oficiará en la iglesia del pueblo y luego su sepultación tendrá lugar en el cementerio municipal de Vicuña alrededor de las 12:30 horas.
Doña Marta Elena, legalmente tenía 110 años cumplidos el 19 de enero pasado, pero según ella misma y sus descendientes contaba con 112 años. Esto porque su padre la inscribió en el Registro Civil cuando ella tenía 12 años.
“Ellas nos contaba que su papá la llevó a Vicuña en un burro, bordeando el Río Elqui, para inscribirla en las oficinas públicas en el año 1907”, narran su hijo Luis Palma Rojas y su nuera Erlinda Cortés.
Tuvo dos matrimonios de los cuales tuvo 14 hijos, siete en cada unión conyugal, de los cuales 13 aún viven. Su descendencia se extendió a 25 nietos (7 se encuentran Argentina), 18 bisnietos y 3 tataranietos ( todos en Argentina). Tuvo tres hermanas de las cuales una sobrevive en la ciudad de Arica. Hasta su lamentable deceso vivía con sus hijos Luis Palma y Elba Ramos.
Nació en la misma localidad, siempre vivió en El Tambo, en la misma casa y muy pocas veces salió fuera del valle, solamente a Andacollo todos los años y una vez a Arica. Era ampliamente conocida por sus habilidades para tocar la guitarra y cantar. De hecho junto a sus hermanos y una cuñada formaron un grupo que tocaban en las fiestas religiosas y otras actividades del pueblo.
Don Luis Palma nos señala el estilo de vida de su madre: “Le gustaba criar animales como gallinas, conejos, cerdos, ovejas y hasta cuyes; cultivaba hortalizas y flores que vendía a la gente del pueblo; cada primero de noviembre la casa de llenaba de gente para comprarle coronas de flores”.
Sobre sus secretos por mantenerse tan longeva, don Luis indica que “debe haber sido por la alimentación sana que llevaba: comía mucho cochayuyo, caldillo de pescado, chicharrones, porotos y guisos con bledo, charqui, mote de maíz y dulces de todo tipo”.
Agrega que ella preparaba una harina en base a la cáscara de los camarones de río que le traía un tío. “Con esa harina hacía unas sopas muy ricas”, acota.
Subraya que su madre nunca fue al hospital en toda su vida y sólo fue necesario llevarlo casi obligada el año 2003 cuando le sobrevino una gripe muy fuerte. “Nunca consultó médicos por sí misma y la única vez que vio uno fue porque la llevamos por problemas estomacales hace 10 años atrás”.
Doña Marta Elena no sabía leer ni escribir y sólo aprendió a firmar con su nombre. Esto porque toda su vida fue una excelente dueña de casa y una buena hija que ayudaba a su madre en las labores hogareñas. “Ayudaba a mi abuela a vender pescado frito y picarones todos los domingos, a cultivar el huerto y hacer los ricos almuerzos”.
Hace cinco meses atrás doña Marta Elena se postró en cama debido a su edad avanzada, pero gozando de una salud bastante aceptable y disfrutando de su numerosa descendencia que continuamente acudía al pueblo para visitarla.
Una de estas últimas visitas agradables fue la de su último bisnieto, Didier Ignacio Palma Porra, en el mes de febrero pasado. Este domingo 13 de mayo la familia se preparaba para celebrare el Día de la Madre, pero Dios dispuso otra cosa y ella partió a la eternidad cuatro días antes.
Foto: Doña Marta junto a su bisnieto Didier y su nieto Luis Palma Cortés.
Noticia de Jorge Olivares
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